A medida que pasa el tiempo, somos más conscientes de la necesidad de mejorar nuestros hábitos de vida: hacer deporte, comer mejor, beber menos alcohol...Porque sabemos que cuando llevamos una vida más sana, también nos encontramos mejor. Y, al revés, los excesos suelen sentarnos cada vez peor. Por eso, uno de los propósitos que suelen acompañarnos cada final de año suele relacionarse con mejorar nuestros hábitos.
Pequeños gestos realistas
Cuando uno se propone objetivos poco definidos, como hacer deporte o comer mejor, luego es complicado materializarlo y sostenerlo en el tiempo. Mi experiencia en relación a "comer bien" es que es mucho -muchísimo- más efectivo plantearse pequeños gestos realistas que dejar atrás de golpe una manera de comer que está instalada hace tiempo y a la que nos hemos acostumbrado. Cambiar una cosita -por más humilde que sea- un mes y luego cambiar otra cosita al mes siguiente, puede llevarnos a estar haciendo unos cuantos cambios antes de acabar el año que, todos juntos, seguramente significan mucho en nuestro objetivo más amplio.
Si decides realizar estas 5 acciones, concretas y no muy difíciles, estarás haciendo un gran cambio en tu alimentación y te estarás acercando a buen paso a tu propósito de alimentarte mejor en este nuevo año.
5 Gestos para comer mejor
1. DESHAZTE DE TODO LO QUE BOICOTEA TU PROPÓSITO DE ALIMENTARTE MEJOR
Se trata de encontrar un par de horas (una tarde, pon fecha), sacar todo lo que tienes en la alacena y descartar lo que crees que no te hace bien. Esos paquetes de galletas o bollería industrial, patatas chips, chocolates con leche cargados de azúcar... todo eso que siempre nos termina haciendo sentir mal. La alacena debería tener sólo aquellos productos sanos , que nos facilitan el día a día: garbanzos cocidos, patés vegetales, arroz integral, avena u otros cereales, frutos secos, cacao en polvo, infusiones, café, especias, semillas, bebidas vegetales, alguna conserva de pescado azul pequeño (caballa, sardinas...).
2. APRENDE A LEER ETIQUETAS Y DECIDE REALMENTE LO QUE COMPRAS
Lamentablemente, muchas veces compramos comestibles que no son lo que pensábamos o que simplemente son muy insanos. La información es sin duda lo que nos permite escoger con libertad. Y, aunque parezca que no, leer etiquetas es súper fácil. En líneas muy generales debes saber que en el recuadro de ingredientes siempre está primero en la lista aquello que hay en mayor cantidad. Evita por tanto productos que tengan como primer ingrediente una harina refinada de trigo o azúcar. Y descarta por completo aquellos productos que llevan grasas trans o aceites vegetales refinados, que tienen muchos aditivos (los que empiezan con una letra E). Evita las etiquetas con demasiados ingredientes y desconfía de los claims y los avales de asociaciones de pediatría o lucha contra el cáncer.