En los últimos años, se ha promocionado la leche de vaca
como un alimento indispensable para el buen crecimiento de los niños y la
prevención de la osteoporosis en la edad adulta. Sin embargo, se cree que el
inicio del consumo de ésta comenzó después de 7 millones de años de evolución
de la especie humana y, por lo tanto, es razonable pensar que no sea un alimento
esencial para nuestra salud.
Además, aproximadamente un 70% de la población
mundial adulta no es capaz de digerir la lactosa (un azúcar presente en la
leche). Asimismo, los lácteos de vaca también contienen una proteína que,
mediante el proceso de digestión, libera un péptido llamado Beta-casomorphin 7 ,
que destaca por tener efectos proinflamatorios y por ralentizar el tránsito
intestinal .
Por otra parte, existe la creencia de que consumir
leche es necesario para la buena salud de los huesos. ¡Pero no! De hecho, hay lugares
del mundo como Europa y Estados Unidos, donde existe un
alto consumo de lácteos y al mismo tiempo también hay un elevado índice de
fragilidad ósea. En referencia al calcio , hay alimentos de origen
vegetal con cantidades elevadas y biodisponibles de este mineral (algunos ejemplos son las almendras , la col kale o el brócoli). Y, no podemos olvidar que la industria de la leche participa en la explotación de las vacas,
ejerciendo prácticas crueles como el confinamiento forzado o separar a los
terneros de la madre al nacer.
Poco a poco, el consumo
de leche de vaca en los países occidentales va disminuyendo. Esto es, en
parte, gracias a la comercialización de las bebidas vegetales, que son
productos alimentari os
de características organolépticas similares,
elaborados a partir de alimentos vegetales como la avena , la almendra , el coco, el arroz , entre otros.
Poco a poco, el consumo de leche de vaca en los países occidentales va disminuyendo.