¿ Cómo consumirlas?
Las semillas de
lino se pueden consumir de distintas formas: enteras, trituradas, germinadas o en forma de aceite de
linaza.
Al ser una semilla pequeña es recomendable tomarla molida, ya que si la tomamos entera es posible que pase íntegra por nuestro sistema digestivo
y no aprovechemos la mayoría de sus beneficios nutricionales.
Eso sí, es importante que las semillas que compremos sean de procedencia
ecológica para evitar que hayan sido modificadas genéticamente y hayan sido
tratadas con pesticidas (estos son tóxicos para nuestro organismo y
además, contaminan los suelos). Si las consumes ecológicas estarás aprovechando todos sus beneficios, cuidando de ti y del medio ambiente.
¿ Qué variedades hay?
Existen dos tipos, las semillas de lino de color marrón y las de color dorado. Ambas tienen un valor nutricional similar, pero se diferencian en el sabor
y el color:
Semillas de lino marrón: Tienen un sabor más tostado.
Semillas de lino dorado: Son más suaves y más dulces.
¿ Cómo incorporarlas en nuestra dieta?
Estas semillas son muy versátiles a la hora de consumirlas, pues, una vez molidas,
se pueden añadir a una gran variedad de platos y recetas: en ensaladas, woks de verduras, dentro de un pan casero, mezcladas con batidos verdes o
cremas de verduras...
Apunta esta receta si quieres favorecer la regeneración de las mucosas de tu aparato digestivo:
1. Pon las semillas en remojo un rato con agua fría y algo
de regaliz , que tiene propiedades beneficiosas para las mucosas.
2. Seguidamente, hierve durante 10 minutos y deja enfriar a temperatura ambiente durante 10
minutos más. A partir de aquí, las semillas ya habrán soltado al agua todos los mucílagos.
3. Cuela la mezcla y toma el líquido (como si fuera un bálsamo reparador).
Como hemos
visto anteriormente, incorporar la linaza a nuestra alimentación es muy sencillo y
tiene beneficios infinitos, siempre y cuando se acompañe de una alimentación y
unos hábitos saludables. ¡Anímate a probarla!
……………………………
Artículo publicado en www.bioecoactual.com