Actualmente tenemos al alcance muchas alternativas de vinagres que podemos encontrar fácilmente en supermercados y tiendas de proximidad. Vinagre de vino, de arroz, de manzana, vinagre de Módena…y muchos más. Pero ¿cuál es la diferencia entre ellos?
La principal diferencia es la materia prima a partir de la cual se elaboran. Los más habituales son los vinagres de vino, pero cada vez se usa con más frecuencia el de manzana o sidra.
El vinagre de manzana se obtiene tras la fermentación de manzanas molidas y prensadas. A través de este proceso conseguimos la sidra. que se vuelve a fermentar convirtiendo el alcohol en ácido acético, y finalmente en vinagre.
¿Qué lo diferencia de los otros vinagres?
Lo que le diferencia de otros tipos de vinagre, es su sabor suave y menor acidez, debido a que su PH es ligeramente superior.
Desde la antigüedad, el vinagre de manzana se ha usado con múltiples fines, desde aliño indispensable para platos frescos hasta método détox.
Debido a su nivel de ácido acético, algunos estudios concluyen que su consumo es efectivo para las dietas y planes de pérdida de peso, ya que contribuye a la movilización de la grasa corporal y aceleración del metabolismo.
También es un potente aliado para reducir el azúcar en sangre. Aunque lo más efectivo es reducir en nuestra dieta la ingesta de CH refinados, como harinas o azúcar, el vinagre de manzana ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina.
Así mismo, no debemos olvidar que el vinagre de manzana se ha utilizado desde la antigüedad como conservante. Se usa para elaborar pickles o encurtidos de verduras, sumergiendo estos alimentos en vinagre y conservándolos en un frasco tapado. El vinagre y la falta de oxígeno en el bote ayudan a eliminar y evitar la proliferación de hongos y bacterias y por ello, su fecha de caducidad se retrasa considerablemente. Es interesante saber que actúa mejor como conservante cuanto mayor sea su grado de acidez.
Por otro lado, las utilidades del vinagre van mucho más allá. A nivel tópico, es muy útil como tratamiento para hongos, caspa, piojos y como suavizante de pelo.
Tener en cuenta la calidad del vinagre de manzana es la clave para cualquiera de sus beneficios y usos.
Al ser un producto derivado de la fermentación, debemos darle importancia a que éste, no presente productos químicos añadidos en el proceso, y que sea lo más natural posible.
Tras la fermentación de éste, se obtiene un líquido turbio y marrón que no debemos filtrar o clarificar para no perder las levaduras y bacterias saludables.
Consumir un vinagre de manzana ecológico y 100% natural aportará a nuestros platos frescos una experiencia placentera mucho más completa, tanto en aroma y sabor, como en propiedades y beneficios.
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