La avena sin gluten tiene la virtud de ser digestiva a la vez que saciante , apta incluso para intolerantes o sensibles a ella, y en caso de celiaquía, consumirla gradualmente, aumentando poco a poco su cantidad.
Además, es muy rica en fibra soluble , lo que nos aporta saciedad, evitando así picos de glucemia (apta para diabéticos) y un aporte prebiótico para nuestra microbiota intestinal (nuestro segundo cerebro). Una fibra interesante a nivel culinario y terapéutico, porque cuando se hierve la avena, desprende una sustancia mucilaginosa , creando una textura gelatinosa que además de regular los intestinos y combatir el estreñimiento , atrapa y reduce el colesterol , dando mucho juego a la hora de elaborar diversas recetas.
También es importante saber que, en forma de copos sin gluten, la podremos usar para crear tanto platos tanto dulces como salados, ¡y hasta crear nuestra propia harina!
Desayunos
Podemos aportarla en forma de müesli , dejando 3 cucharadas de sus copos en remojo la noche anterior, y añadiéndole a la mañana siguiente, el doble de alguna bebida o yogur vegetal al gusto, con algunos frutos secos troceados, la piel rallada de un limón y canela y vainilla en polvo para endulzar. Otra opción más gourmet y elaborada es la granola , donde los copos de avena son previamente horneados con algún sirope de coco y fruto seco, se guarda en tarro de vidrio y sirve con alguna bebida vegetal, fruta fresca y/o deshidratada.
Otra opción más saciante y nutritiva, ideal para mañanas que se anuncian largas o de alto rendimiento, es el Porridge . Aquí los copos de avena sin gluten se hierven en su misma cantidad de agua o bebida vegetal, a combinar o no, con fruta deshidratada o fresca, según la capacidad digestiva que se tenga.
Ahora que el brunch se ha ido imponiendo cada vez más en nuestra cultura, especialmente en domingos de calma y tiempo, una de las mejores opciones para disfrutarlo es haciendo pancakes a base de copos de avena sin gluten con plátano triturados para formar una masa algo densa y saltearla en la sartén, añadiéndole luego fruta fresca y un poco de sirope de coco por ejemplo. Si deseamos una opción más ligera e incluso salada , nada como unos crêpes de avena hechos con sus copos junto con una harina y bebida vegetal.