1. Tuesta ligeramente las semillas de sésamo en una sartén. Después, deja que se enfríen.
2. Bate bien todos los ingredientes durante unos minutos.
3. Cuela la mezcla sobre una bolsa de filtrado o gasa limpia para quedarte con la horchata limpia y sin restos de semillas. La pulpa restante puedes usarla para añadirla a alguna masa.
4. Incorpora la horchata a una botella y deja enfriar. Tómala bien fresquita, y si quieres darle el toque final, ¡espolvorea un poco canela por encima!