Comemos según lo que sentimos, pero también sentimos según lo que comemos.
Para comenzar, hay que tener en cuenta que contamos con dos "centros emocionales ": el cerebro y el intestino , que es en realidad nuestro segundo cerebro. Ambos se comunican entre sí, y el buen funcionamiento de uno depende del otro. Por lo que debemos aportar su abono nutricional particular si buscamos sumar también bienestar emocional .
Es importante tener en cuenta que con los ritmos tan antinaturales que llevamos, nuestros dos centros acaban agotándose y creando reacciones de carácter oxidativo e inflamatorio a evitar. Estrés, ansiedad, altibajos emocionales, fatiga, depresión, desmotivación, insomnio... son parte del abanico emocional resultado de tal desequilibrio.
Para contrarrestar estos efectos, debemos crear una "despensa de auto-cuidado" en la que no pueden faltar estos aliados de origen vegetal.
Verduras
Especialmente las crucíferas : brócoli, col lombarda, coles, coliflor, coles de Bruselas, rabanitos, nabo, nabo daikon, rúcula y berro de agua. Todas ellas son ricas en sulforafano , de gran capacidad antioxidante y neuroprotectora , y capaz de mejorar la memoria y aprendizaje. La remolacha , junto con el boniato y la patata morada , tienen acción antiinflamatoria, siendo ricas en pigmentos y vitaminas antioxidantes, que actúan como cofactores en las respuestas neuronales.
Frutas
Sobre todo aguacate , naranja, granada, arándano, mora, uva y fresa , ya que destacan por su carácter antioxidante y antiinflamatorio. Es preferible consumirlas enteras y ecológicas (especialmente si no se pueden pelar), ya que es en su piel donde se concentra la mayor parte de sus beneficios.
Otra fruta a destacar es el coco , por su riqueza en fibra prebiótica , el alimento favorito de nuestra microbiota intestinal (responsable de la salud de nuestro segundo cerebro y emociones) y de alto poder antifúngico y antibacteriano ; un verdadero aliado para casos de disbiosis o candidiasis intestinal (inductoras de emociones como la depresión, insomnio o ansiedad).
El consumo de verduras y frutas en general conlleva unas menores tasas de depresión y ansiedad. Además de las citadas, es importante variarlas y hacerlas parte de nuestra base alimentaria, y no como simple guarnición.