En esta miniguía te explicamos las propiedades y beneficios que las diferentes semillas tienen en nuestro organismo, además de trucos y ejemplos de cómo incorporarlas a tu día a día de la forma más fácil y natural , para llevar una alimentación sana y consciente.
Las semillas no solo dan sabor y textura a tus platos: también les aportan un alto valor nutricional que los hace más completos.
Orígenes y usos de las semillas
El uso de las semillas es muy antiguo. En la Naturopatía se consideran remedios naturales curativos . Entre sus muchos beneficios, destacan principalmente en tratamientos reguladores del sistema digestivo y respiratorio, cardiovascular y hormonal. Su ingesta también ayuda a un correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso.
Y es que, al fin y al cabo, las semillas son pequeños granos que producen los vegetales a partir de las cuales se crea nueva vida, creando ejemplares idénticos en su especie, por lo que resultan muy interesantes a nivel nutricional .
Al consumirlas estamos incorporando a nuestro organismo fibra, vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales (omega 3 y 6) . Nutrientes que debemos ingerir a través de la dieta, pues nuestro cuerpo no los genera por si solo y ¡son responsables de numerosas funciones para tener un óptimo estado de salud!
Pero, ¿sabías que la forma de consumirlas también afecta a sus propiedades y que a la vez esto hace que las absorbamos mejor o peor nutricionalmente hablando?
Empezaremos esta mini-guía hablando de 3 semillas: chía, lino y amapola, de las que te explicamos cómo tomarlas para que aproveches al máximo todos sus beneficios y nutrientes.
Chía
Esta diminuta semilla quizás sea el alimento más nutritivo del mundo. Es la fuente vegetal más rica en ácido alfa-linolénico, un ácido graso esencial conocido como Omega 3 . Una deficiencia de este nutriente en nuestro organismo puede provocar alergias, malabsorción intestinal, colesterol, trastornos vasculares y digestivos.
Así, la chía resulta muy beneficiosa para regular el colesterol y el apetito, pues además contiene mucílagos, una fibra soluble que nos ayuda a saciarnos y que tiene efectos curativos del sistema respiratorio, digestivo y nervioso.
Por otro lado, las semillas de chía también contienen antioxidantes como el Selenio, que ayuda a proteger a nuestras células de los radicales libres o del envejecimiento celular, desintoxicando al organismo.
Y por si fuera poco, ¡también es energizante y antiinflamatoria !
Curiosidades: la chía tiene tres veces más Calcio que la leche de vaca, tres veces más Hierro que las espinacas y tres veces más Antioxidantes que los arándanos.
Cómo consumirlas: es necesario moler o remojar las semillas en un vaso de agua filtrada o de manantial, bebida vegetal o jugo de frutas, para que puedan aumentar de tamaño y así disfrutar al máximo de sus beneficios.